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Aunque la física no haya sido tu asignatura favorita en el colegio, aquí es donde entra en juego. Porque en muchos casos, una herramienta sencilla pero sutil te ayudará con un lavabo obstruido: el desatascador de goma.
El desatascador de goma suele ser la primera que se tiene a mano y su efecto suele bastar para resolver el problema. Crea un vacío que afloja y elimina el atasco. ¿Cómo hacerlo? En primer lugar, debes sellar todos los orificios del lavabo. Cierra el desagüe con un tapón, utiliza un paño húmedo para tapar el rebosadero. A continuación, llena el lavabo con agua, preferiblemente caliente, ya que así se disuelve la grasa. Destapa el desagüe, coloca inmediatamente el destacador de goma y apriétalo bruscamente varias veces. Sigue empujando hasta que los residuos se vacíen sin problemas. Sabrás cuándo se forme un torbellino fuerte, que dará a la suciedad un buen remolino.
Mantener limpias todas las partes del lavabo es muy importante. Por lo tanto, también presta atención al sifón, que es bueno desenroscar y limpiar de vez en cuando. Empieza colocando un cubo debajo del lavabo para que la suciedad no acabe en el suelo con el agua. Si el sifón está demasiado apretado, una llave para tubos envuelta con un trapo puede ayudar. Los sedimentos del interior del arco del sifón pueden limpiarse bien con un cepillo de botellas viejo, por ejemplo. Una vez finalizado el proceso de limpieza, vuelve a instalar el sifón y enróscálo de nuevo.
Muchas veces hay que limpiar el lavabo con productos químicos. Sustancias como el hidróxido de sodio son eficaces, pero son productos químicos que suponen una carga para el medio ambiente. Así que es mejor evitarlos y elegir productos que sean respetuosos con el medio ambiente.
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Por ejemplo, ácido cítrico, vinagre, sal, levadura en polvo o bicarbonato sódico. Combinados con agua caliente, se convierten en ayudantes realmente eficaces. Sin embargo, siempre hay que trabajar con seguridad y llevar gafas y guantes de protección. Tampoco viertas nunca agua hirviendo por el desagüe, ya que podría dañar irreversiblemente el desagüe o las tuberías.
Es como la salud: es mejor prevenir las enfermedades. Por eso es buena idea poner en práctica medidas que te mantengan a salvo de los desagües atascados. Una norma, por ejemplo, es no verter agua muy sucia en el desagüe con trozos de suciedad que puedan obstruirlo, y no tirar pelo por él. Un colador que atrape la suciedad también servirá para evitar que entre en el desagüe en primer lugar. Este colador simplemente vacia al cubo y se limpia.