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Lo más difícil de tolerar son las fachadas de colores llamativos o los edificios que combinan diferentes estilos constructivos. Pero aunque haya elegido un color menos llamativo para su fachada, el cambio y la decoloración seguirán notándose con el paso del tiempo. Sobre todo después del invierno. El tema del artículo de hoy es cómo limpiar la fachada de una casa después del invierno.
Primero, distingamos los tipos básicos de suciedad.
- impurezas de origen atmosférico: son el polvo, el smog (contaminación atmosférica), el viento, las heladas, la radiación ultravioleta y lo que llega a la fachada con la nieve o el granizo. El hollín de la chimenea también puede incluirse en esta categoría.
- impurezas de origen biológico: se trata de microorganismos como mohos, algas y hongos.
A estos tipos de suciedad se les aplican distintos productos de limpieza y tratamientos. Por ejemplo, puedes limpiar la fachada con arena, aplicar hielo seco o tratarla con un recubrimiento especial. Pero suponemos que la mayoría de nosotros no disponemos de los medios ni de la tecnología para recurrir a métodos de limpieza tan avanzados. Si buscas un método de limpieza más versátil y eficaz, sólo podemos recomendarte que limpies la fachada con un vaporizador o un limpiador de alta presión.
No es necesario frotar ni prestar atención a cada centímetro cuadrado por separado. Con una limpiadora de alta presión, podrás eliminar el musgo, el moho y la suciedad atmosférica de forma rápida y eficaz. Se trabaja con una bomba de agua, o se trata la fachada con un fuerte chorro de agua a alta presión. El agua penetra fácilmente incluso en los tabiques finos de yeso y elimina los depósitos.
En teoría, puede hacerse sólo con agua limpia, sin productos químicos. Sin embargo, aquí hay que tener en cuenta que si el origen de la suciedad de la fachada está claramente identificado, por ejemplo si se trata claramente de algas, recomendamos aplicar previamente un limpiador de fachadas contra la infestación biológica. Una vez seco el producto, puedes limpiar la fachada con una limpiadora de alta presión transcurridas 24 horas.
Los métodos alternativos tienen sus dificultades. Para arenar una fachada se necesita un equipo de arenado especial. El tratamiento con hielo seco es peligroso: el contacto del hielo seco con la piel puede causar quemaduras. Por otro lado, utilizar una limpiadora de alta presión es (manteniendo unas precauciones de seguridad básicas) muy sencillo. Los diferentes tipos de boquillas y ajustes de presión permiten adaptar la limpieza a diferentes tipos de superficies. La limpiadora de alta presión también tiene un uso más versátil, ya que ofrece una variedad más amplia de trabajos domésticos.
Se recomienda limpiar la fachada al menos una vez cada dos años. Si tienes cuidado y sigues esta regla, evitarás la formación de musgo y moho en tu fachada y, por tanto, la necesidad de futuras reparaciones.
Es muy fácil. Con una limpiadora de alta presión dispondrás de una pistola pulverizadora, que tiene excelentes propiedades de limpieza. Pulveriza agua en un chorro fuerte y concentrado. Por este motivo, se recomienda no limpiar la fachada desde demasiado cerca, lo que normalmente ni siquiera es posible con una fachada, ya que habría que subirse a un andamio para llegar más arriba.
Si es posible, trabaja cuando el clima sea seco y moderado. Es decir, en la medida de lo posible, porque sabemos que encontrar un día perfectamente soleado y cálido en marzo o abril no es fácil.
¿Y cómo proceder con la limpieza? Limpia las partes superiores desde abajo y, una vez llegues a las inferiores, mantén una distancia adecuada de la casa. En este caso, la presión de la limpiadora debe ajustarse a una presión baja. Comprueba la fuerza de la presión acercando lentamente la tobera a la superficie. El objetivo es no dañar la capa de yeso aplicando demasiada presión.
La temperatura ideal del agua no debe superar los 35° C. Puedes mezclar agua con producto apto para fachadas. Como ya hemos dicho, es conveniente utilizar un producto hecho específicamente para el tipo de suciedad de tu casa: sales, musgo, hongos, moho y similares.
Muévete de arriba a abajo. La tierra se escurre muy bien y baja gradualmente. Hay que proceder lentamente, cuidando cada centímetro cuadrado. Si quieres ser especialmente cuidadoso con tu fachada, considera la posibilidad de aplicar una capa protectora tras la limpieza para evitar que la suciedad vuelva a acumularse.